martes, 28 de marzo de 2017

apreciar lo cotidiano

Imaginemos que la fortuna nos sonriera brindándonos el regalo inestimable de un encuentro con una criatura angélica.(...) Si la conversación fuera distendida y larga, cada uno de los interlocutores se interesaría por la vida que lleva el otro. Tal vez el ángel, ante la curiosidad del mortal, le contaría algunas cosas celestiales, nunca vistas sobre la Tierra. Y cuando, en merecida reprocidad, le llegase el turno al mortal, ¿qué podría decirle éste al ángel para mantener su interés? Quizá al principio intentaría relatarle algún acontecimiento extraordinario vivido por él, o referirle visitas a lugares singulares de nuestro planeta, pero, al cabo de un rato, y advirtiendo que así se anda lejos de alcanzar lo deseado, caería en la cuenta de que, para el ángel, lo más interesante quizá fuera lo que para nosotros es lo más conocido y ordinario. La sencillez de nuestra vida cotidiana sería, a ojos del ángel, lo más "extraordinario" (...)

Ésta es la clave: "Enséñale lo sencillo". Evitemos buscar siempre lo extraordinario, admirémonos de lo simple y llano y aprendamos a apreciarlo porque, desde cierto punto de vista, es lo más sublime de todo.


Josep Maria Esquirol en La resitencia íntima. Ensayo de una filosofía de la proximidad. Barcelona 2015. Acantilado.

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